Quiero mandar una gran felicitación a todos los maestros hoy en su día*.
Para ellos va mi felicitación, para los que tienen la responsabilidad y el 'paquete' de instruir y formar a tantos y tantos jóvenes, ellos que tienen ese gran compromiso; quienes están conscientes de eso y se esfuerzan con todo el corazón y su alma por desempeñar tan noble profesión.
En mi vida he tenido grandiosos maestros; todavía recuerdo con cariño y admiración a muchos de ellos.
Sus enseñanzas me han ayudado a crecer, no solo secularmente sino como persona.
En mi adolescencia me ayudaron a no conformarme con solamente una explicación, sino que me incitaron a buscar la fuente de la información, fidedigna, real, para que no haya duda que lo que estoy aprendiendo es auténtico y además útil para mi vida.

Ellos -los maestros- con su experiencia y conocimientos, nos dan instrucción, nos advierten de lo hermosa que es la vida, nos enseñan a gozar del conocimiento y crecer tan altos como nuestro cuerpo, y aún más, ¡como nuestro espíritu! que seguirá creciendo con las bases que ellos nos han enseñado.
A todos ellos, pero en especial a mis maestros desde el preescolar hasta la Facultad de Veterinaria: ¡Gracias!
1 comentarios:
Amigo Hector: La Fe en Cristo es el pilar sólido de la vida. Me quiero poner en tu blog como seguidora, pero no me lo permite. Sabes que estoy aquí como amiga aunque no aparezca de seguidora.
Un abraciño Grande.
Rosa María Milleiro
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