Me considero una persona normal, con una gran oportunidad de resolver problemas y situaciones que nunca hubiera pensado. Y probablemente nadie ha pensado enfrentar algo así.
Una sonrisa, un afectuoso hola, el encuentro con un nuevo amigo, el reencuentro con un compañero, el abrazo de un niño, el saludo de un desconocido, la ayuda desinteresada de gente que jamás he visto, o los parabienes de aquellos que me ven pasar a su lado, son momentos y sucesos inolvidables que me invitan a querer ser recíproco, a brindar ayuda, a formar parte de.
Me siento agradecido con la oportunidad de redimensionar la vida misma, y muy afortunado de estar vivo para seguir aprendiendo.
Con Michelle, mi hija de corazón
A mi alrededor suceden muchas cosas maravillosas que disfruto mucho: yo soy parte de otras vidas, y otros están permanentemente unidos a mí en mi diario ser y estar.
En este espacio, he invitado a mi pareja para que comparta su sentir y su ver de la vida a mi lado. En 16 meses juntos, ella ha compartido mis días buenos, y ha estado en los mejores, pero también me ha visto flotar en los días difíciles, y sin duda, ha sentido en carne propia mi neurosis e intolerancia. De muchos días a mi lado le han quedado ganas de poner en letras nuestra vida, y hoy comienza a transcribir en mi página algunos de sus pensamientos para que me vean a través de los ojos de ella.
Quizá más adelante, si lo consigo, otras personas cercanas a mí -mis hermanos, mi familia toda, mis amigos, mis colegas- me permitan conocer y compartir su visión sobre mi persona.
1 comentarios:
Hola Héctor,
Que agradable y sorprendente que estés haciendo todo esto: el blog, la fundación, la familia. Solo quiero decirte que estoy muy feliz de saber de tu vida: tío, no te he olvidado. Saludos con todo mi afecto.
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