sábado, 20 de diciembre de 2008

In Excelsis Deo


Bendito Padre Celestial:
Te damos gracias por todos nuestros seres queridos,
a quienes te pedimos colmes de bendiciones en esta Navidad y siempre
En nombre de Nuestro Señor Jesucristo,
Amén
Héctor, Ana Silvia y Mariano
Diciembre 2008



miércoles, 3 de diciembre de 2008

Silvia Mejía Calvo, una estrella más en el cielo

"Porque cuando se debilitan más mis fuerzas físicas, más me alimenta el espíritu de Dios, ¡Porque tengo fe!"
Silvia Corina Mejía Calvo

de Ana Silvia Barajas de García
para Jaime con profundo respeto y una gran tristeza

FOTO: Silvia Mejía

Escucho en el teléfono la voz grave de Jaime Martínez, esposo de Silvia, y mi cabeza sigue dando vueltas, la silla en que estoy sentada parece desvanecerse como si fuera de arena y una ola la golpeara mientras digo mi nombre para presentarme. Y definitivamente dejó de tener consciencia de dónde estoy apoyada cuando ese hombre al que no he visto me confirma suavemente la noticia.

Silvia, sonriente, hermosa, inteligente, con una personalidad encantadora y la mirada limpia de quien está contenta consigo misma, ha dejado de estar entre nosotros para vivir eternamente al lado de Nuestro Padre Celestial.

El aviso no puede ser menos que abrumador. Apenas hace unos días -cuando Héctor y yo revisábamos el correo pendiente- leímos un mensaje que decía:

"HOLA HECTOR ¿COMO VAS?, ¿COMO ESTAS, SILVIA?,
ESCRIBAN, CUENTEN ALGO, SALUDOS. SILVIA MEJIA"

Le respondió Héctor e igualmente la saludó con gusto, de hecho fue el único mensaje respondido en días. No hubo un nuevo mensaje de respuesta.
.
FOTO: Silvia, de Estado de México; Aimée, de Quintana Roo, y Héctor, de Cuernavaca. 3 de octubre 2008, Guadalajara, Jalisco

Y yo supongo que al decir "escriban, cuenten algo", se refería a escribir en la blog, a mandar las historias, las anécdotas con que hemos llenado este espacio en más de tres años.

Y mira,
Silvia, amiga:
lo que son las cosas, esto es lo siguiente que escribimos en la blog: el mensaje en que lamentamos tu partida, las palabras con que queremos hacer saber que nos duele tanto que ya no estés aquí, y que nos conmueve mucho no haber podido contarte algo antes, pero tenemos la certeza de que siempre estarás con nosotros.

Seguirás presente con tu ejemplo de valentía, con tu belleza de mujer como tallada en fino cristal, con tu energía de dar por otros, de trabajar por las causas en las que siempre creíste y con esa presencia tuya que dejó huella en quienes tuvimos la dicha de compartir tu risa.

Hemos mandado abrazos y condolencias a Jaime, tu esposo, y sabemos que él a su vez está abrazando amoroso a tus pequeñas hijas Natalia e Isabella.

No tengo palabras para describir lo que he sentido al leer el correo, mucho menos tengo el modo de construir una línea de pésame, porque siempre he creído que es imposible comprender del todo la pena que sienten quienes vivieron contigo, el hombre que te amó y las nenas a las que trajiste al mundo.

FOTO: Héctor García Caballero y Silvia Mejía Calvo en la Tercera Reunión Nacional de Personas con Esclerosis Múltiple en México.

Pero hay algo que sí sé, y es que tu amor y tu cariño estará por siempre rodeándolos y creciendo. Eres una mujer amorosa y amada, una mujer que siempre dio amor a otros y lo sembró en muchos corazones. Eso perdura y crece.

Vivirás por siempre en quienes ayudaste, en aquellos a los que facilitaste su rehabilitación al recaudar fondos para la Asociación Mexicana de Esclerosis Múltiple. Seguirás presente por siempre en las oraciones de madres, esposas, hijos y hermanos de las personas que recibieron beneficios a través de tu trabajo altruista, y por supuesto en las de quienes te conocimos.

Sin saberlo, Silvia, o quizá sin querer decirlo, cambiaste la vida a muchos, nos enseñaste que se puede estar siempre mejor. Con sólo verte contagiaste ánimo y alegría, y eso no se borra nunca.

Yo te conocí recién en Guadalajara, hoy hace dos meses exactamente, y de aquel día son estas fotos. Me impactó tu porte, el modo de lucir bella vestida en camiseta, pero sobre todo me impresionó tu rostro pleno y radiante, así te tengo en mi memoria.

Mi marido compartió contigo sesiones de terapia en la casa de AMEM, pero de eso guardaste mejor los recuerdos tú que él, aunque sin embargo te diré que siempre sintió especial gusto por saludarte en el chat, y definitivamente estará siempre en su memoria aquella noche jalisciense en que escuchamos juntos la algarabía de la estudiantina. Y perdóname pero no recuerdo la canción que querías escuchar y ni mis ruegos ni los tequilas hicieron que nos complacieran los artistas. Quizá Laura Ponce de León, de Chihuahua, la recuerde y nos diga.

Héctor y yo lamentamos despedirnos de este modo, elevamos una plegaria a Dios para brindar consuelo a tus seres queridos y le damos gracias por haberte conocido, por haber tenido cerca tu ejemplo de vida y de lucha.

"Ella nunca se rindió", dice Jaime tu esposo, "entregó su vida a la soberanía de Dios, y El, en su misericordia, la ha llevado a vivir eternamente en Su reino. Queremos compartir con todos los que la amaron nuestro agradecimiento a Dios."

Servicio para Silvia Corina Mejía Calvo
Jueves 4 de diciembre 2008, 6:00 p.m.
UNION CHURCH
Reforma 1870, Delegación Miguel Hidalgo
México, Distrito Federal
Familia Martínez Mejía
En nombre de su esposo Jaime Martínez
y Nuestras hijas, Natalia, de 13 años, e Isabella, de 8 años,
los esperamos.



Silvia Mejía Calvo padecía esclerosis múltiple. Trabajó ardua y generosamente en la recaudación de fondos para la Asociación Mexicana de Esclerosis Múltiple, I.A.P.